jueves, 29 de octubre de 2015

LLEGÓ EL ROCÍO


     Ya con el rocío otoñal salpicando de menudas perlas los amaneceres, volaron mortecinas al gran archivo del tiempo las últimas hojas del libro que escribió octubre. No ocurre lo mismo, sin embargo, con las perteneciente a los árboles, que pierden todavía muy pausadamente su innato verdor y fronda. Diríamos, que existe un claro temor en los de perecederas hojas a encarar una desnudez que está a la vuelta de la esquina,  absoluta e inevitable, en el revoltijo de sus ramas. Seguro que no es pudor, a un acto y transformación natural, sino lástima a una despedida de parte de su naturaleza que durará meses, y en la que tendrá que hacer frente sin protección alguna con estoicismo a la fuerza y embates del invierno.

miércoles, 28 de octubre de 2015

ORO LIQUIDO


       Profuso oro líquido esparcieron por doquier las postreras lluvias. Si en ocasiones su intensidad pudo causar algún inesperado y pasajero daño en determinadas localidades serranas, cabe decir que su beneficio empapando las tierras y saciándolas en su sed del ardoroso verano, aderezándolas para acoger la sementera, fue de los que no tienen precio.
        También nosotros, en el vasto y montaraz escenario serrano, que aquí y allá andamos, recibimos con agradecimiento y alivio este don celestial que es al agua, precipitándose no a deshora, sino cabalmente en su tiempo, limpiando calles y rincones, no siempre atendidos como merecen o, en cualquier caso, prestando una altruista mano a los que cuidan de ellas.
       No es una ciudad la que nos acoge, ni lo son las poblaciones comarcales, lugares contaminados, pero aun así, es perceptible en el ambiente ahora, ese repaso que, como solícita ama, dio la naturaleza a su morada, que es, desde luego, la de todos.

lunes, 26 de octubre de 2015

VIDENTES DE NACIMIENTO


      Al escueto suelo de mi buzón de correos, de suyo habitualmente vacío, lo alegraba en su sólita soledad esta mañana, un folletillo de nimias proporciones, pero hasta la extenuación su limitado espacio aprovechado, proclamando los múltiples dones de "un famoso vidente de nacimiento". Se ve que no todos son de su condición y que como en los campos del arte, unos nacen y otros se hacen.
       Me temo, que el aspecto harto descuidado de mi pequeño jardín, un aprendiz de este más que nada, agravado por las recientes lluvias, con derrumbes de flores, brotes, febles ramita y restos de conchas de pinturas, han hecho creer al autor del folleto que allí moraba un tipo o un matrimonio, como de hecho ocurre, mi mujer y yo, con todas las de la ley para ser su cliente.
        Y, desde luego, boquiabierto, con el pasmo en el rostro, se queda uno leyendo la cantidad de fregados de los que  este individuo puede sacar a tu maltratada naturaleza, en solo "una semana y con el cien por cien de seguridad", que ya es decir, "con rapidez y eficacia": recuperar amores fallidos, protección de obsesos enemigos, de males de ojos y de salud, solventar embrollos judiciales, hacer una mina de los negocios.. ¿En qué demonio estaría yo pensando para no acudir a toda prisa en busca de esta joya?


viernes, 23 de octubre de 2015

YERTOS EN SU DESNUDEZ



      Milagrero es el paso sigiloso de estos días de octubre, yertos en la desnudez de un suelo de peladas glebas, de escurridizos surcos que, pacientes, soñadas cosechas esperan desplegando mientras sus infinitas gamas de tonalidades, y, en la aseada tierra, sin estorbos de rastrojos, libre ahora de útiles de labranza, de dorados palpitares de sementeras, esculpe carmines, peina fulgores, azulean lechos que ocres fueron o remedan con harto descaro luminosos cielos. Algo distantes, desmelenados olivos, pálidos álamos se hartan de contemplar, perplejos de brillos, este flujo cromático, este fenomenal cuadro que como si nada, la milagrera naturaleza, con ingentes pinceladas nos deja.


jueves, 22 de octubre de 2015

ESE HONDÓN DE NO MUCHO FONDO


     A una fosa, con no demasiado fondo, Zaide, compararíamos nuestra existencia. En el fugitivo transcurrir de ella, llenando vamos ese hondón con heterogénea mezcla de fortunas e infortunios, de vanos retos con los que pretendemos conquistar el inconquistable mundo, de alegrías que son suspiros, de penurias, de tontas presunciones y egoísmos que nos delatan y peores nos hacen. Colmada queda la fosa con nuestro cuerpo, postrer descarga que la clausura y sella a la par que nuestra gastada vida.

domingo, 18 de octubre de 2015

POR SI NO NOS ACORDÁBAMOS



      Domingo y llueve. El tiempo se alborota. Pero no es del todo cierto. Estas aguas de octubre caen con un meditado ritmo, con calculada armonía, ni más ni menos que como brotan las notas de una melodía, con pausas y redobles de instrumentos cuando aquellas huyen, con delicado fluir de pequeñas sonoridades, casi suspiros, en ocasiones, con tumulto de heroicas trompetas de combates en liza cuando el chaparrón se desmelena. De todo ese amago sin querer ir mucho más allá de la naturaleza, de no ofender a nadie, sí que queda huella en el suelo, todavía poco hollado de pisadas: rosadas naranjas que el vientecillo traslada de un lugar a otro, pétalos de rosas, amarillas, carmesí, celestes de otras flores trepadoras, y, por ende, un firmamento de jazmines, como telúricas estrellas. Es otoño, por si no nos acordábamos.


martes, 13 de octubre de 2015

LECHOS Y MOMENTOS.


          La cama, el denostado o exaltado lecho, según el momento, según la persona, la paciente, obediente, fámula, escenario de nuestros sueños y desvaríos, es, en estos días que plácidos corren, más que nunca, un dorado refugio de tibias comodidades y perceptibles sensaciones.
       Y son, tal vez, en esas horas en que a través de cortinas, visillos, postigos o persianas, comienza a parpadear, con indecisas franjas de incipientes claridades de natal sosiego la mañana, cuando cuenta nos damos del edén abrigado, cálido en el que nos hallamos nosotros y anclado nuestro espíritu, no recorridos por ningún síntoma de de anómalos tremores o exudaciones. Y si la mañana se esfuerza denodada en abrir puertas y senderos, desperezándose impúdicamente a un nuevo amanecer, lo que nosotros pretendemos y en escasas ocasiones conseguimos, es cerrar todo a cal y canto,  veredas , vésperos y prendas de vestir que calladas esperan, y, con declarada impunidad, quedarnos quietos, quietos, sin querer dormir, y ni siquiera pensar, gozando de unos instantes matinales que a gloria pura nos saben.
         
 

domingo, 11 de octubre de 2015

INSONDABLE LANGUIDEZ



     En una languidez de persistentes ataduras se ha instalado una vez más la naturaleza. Una calma infinita fluye ahora, atenazándola, por ella. Ocurre en estos días de atemperadas auras, de perezosas nubes, de medidas y menudas lluvias que nada duran y apenas fatigan campos y calles con su mínima humedad, un dibujo informe que poco tarda en desaparecer, en los que los rayos de sol resbalan y no dejan huellas en nosotros, que algo de ese sopor en que todo anda inmerso, sojuzgado, dando vueltas, gravitando pesadamente, acaba por posarse no muy lejos de donde estamos, apresándonos también, que somos al fin y al cabo naturaleza. Y como en sueños, sin estar dormidos, amodorrados, contemplamos todo: a gentes, a árboles, montañas y cielos, con una sensación de estar aquí y no estarlo, de flotar y de no llegar nunca a donde íbamos, que, tampoco, por unos momentos fugitivos, sabíamos dónde era.

martes, 6 de octubre de 2015

HOLLAR ESTRELLAS



     En nuestra azarosa y perecedera existencia, perseguir cosas materiales es lo habitual, aquí y allá; las más, con un ansia desproporcionada al valor que, en realidad, en sí tienen. Pocos escapamos de eso. Sin embargo, en ocasiones muy contadas, a alguien conocemos con otra visión de lo que nos rodea, con otras aspiraciones menos mundanas.
     A  Paco Marín, entre otras muchas cosas inmateriales que perseguía, quiero recordarle cuando, con conciencia de iluminado, como si autor de la escena fuera, andaba tras las noches inmaculadas, aquellas en las que el firmamento es una fiesta para la mirada y para el espíritu. Y si lo que milagrosamente se cocía en esas fechas excepcionales en que ello acaecía, era una mágica caída de estrellas, la llamada lluvia, allanando los oníricos confines del universo, instalado quedaba en sus ojos durante días, los que antecedían y precedían, un brillo, como tufillo de un pensamiento que, sin duda, le rondaba por la cabeza: !Quién anduviera por ahí acompañado de estrellas!
    Cuando se instalaba la ceramica en tu memoria días pasados, no me abandonaba a mí tampoco, amigo Paco, la idea de que muy mal tendría que estar todo, cualquiera que sea lo que nos espera,  si, caminante estelar, tú no andas ya hollando estrellas.

domingo, 4 de octubre de 2015

BIENVENIDO SEA USTED, SEÑOR OTOÑO


     Al escondite juega el otoño. Ahora estoy, ahora no, ahora salgo, ya me evado: amaneceres algo afilados, que no traspasan prendas, pero que un poquitín se hacen notar sin apenas molestar; mañanas que progresan en soles que se dirían son de otras estaciones que ya nos dejaron, mas que ahí están, tal si fuera el verano el que nos acuna, con parecida desmesura a como antes, un par de meses atrás, lo hiciera.
      Y no es que el otoño, como un humano más, haya perdido sus papeles, porque muy de su filosofía es albergar veranillos, invernillos, aventadas primaveras, y lo que haga falta, en una constante mudanza que, no sabemos si a los demás, pero que a nosotros nos encanta, porque no hay lugar a cansarse y  todos los días se contemplan cosas nuevas, o que, al menos, a nosotros nos lo parecen. Por nuestra parte, pues, ¡Bienvenido sea usted, señor otoño, el de las miles de caras, colores y vestiduras!

viernes, 2 de octubre de 2015

ARRUGAS, TESTIMONIO FIDEDIGNO



     Las arrugas, tan vituperadas, tan temidas, como si de la lepra se tratara, no son, Zaide, más que un testimonio fidedigno, de lo más veraz, del paso incontestable del tiempo. Huellas son que muy a las claras muestran el presuroso caminar de nuestra andadura por el mundo, no lágrimas que tengamos que enjugar.
     No las rehuyas, ni las persigas; algo tuyo son, que bien indican hasta dónde llegaste y dónde te encuentras. No es deshonra que haya que ocultar, ni estigma que necesite de perdones. No por ocultarlas, ocultarás tus años, de los que, por otro lado, no cabe más que enorgullecerse. Bastante peor sería no contarlos. Un regalo es la vida y más preciado será aquél cuanto más se prolongue en el tiempo.

jueves, 1 de octubre de 2015

¡YO SOY EL OTOÑO!



     ¡Yo soy el otoño!, salmodia con renovadas fuerzas octubre, libre del estorbo de advenedizas estaciones que pudieran molestar la pureza de ese clamor. Y aunque no es, desde luego, el único mes que alardea de presumir de lo mismo, su pregón gana adeptos porque es el primigenio, y porque más de uno y de dos anhelábamos cambios, que la rutina es maestra en anquilosar ánimos y temples, y mejor nos vendrá evitar la impureza de aguas encenagadas para ir en pos de las que nos resucitan.
       Trastocado un primer orden, perdió en jerarquía octubre con el cambio de calendario de romano a gregoriano lo que ganó en serenidad, colorido y fuste, dejando atrás monotonías y ardores de añejas épocas, cuando la historia de sus días navegaban hasta el hartazgo por fogosos cielos desnudos sin otra cosa que referir que no fueran exudaciones y rotundo tedio.
       Más a sus anchas, con zapatillas y pantalón remendado de casa, se haya ahora nuestro mes, con una actividad que por disparatada y presurosa perplejo nos deja. Pero más debería dejarnos, y en eso nos ejercitamos,  en contemplar aborregados rebaños de nubes sin trasquilar; a árboles en adelantado carnaval; a aves, inquietas monarcas de nuestras límpidas alturas, que pierden el norte oteándolo; a la vida en fin, yendo sin detenerse nunca, de aquí para allá,  sin apreturas ni presiones,  sabiendo lo que quiere, y a dónde va, algo que ya quisiéramos para nosotros, más esplendorosa y multiforme que nunca.