miércoles, 30 de noviembre de 2011

LO QUE NOS ESPERA

          De un tiempo a esta parte, parece como si todos los inversores, toreros, árabes y demás fortunas, que han de emplear en algo suculento el capital que atesoran, se hubieran puesto de acuerdo para construir su proyecto inmobiliario en terrenos del Tajo. ¡La que le espera al pobre mío! Ya, ilegalmente, algunos asoman su fea cara por diversos sitios. Ahora, con papeles, (que eso de la protección oficial es un cuento chino), son varios los que se aprestan, más que amenazar, a aposentarse, en nada de días, en laderas, promontorios, valles, senderos de su suelo, donde sólo hubo paseantes o campesinos. Y tenemos un pálpito de los fuertes de que esto no ha hecho más que empezar.
          Entre tanto desvalimiento que a él le toca, una noticia nos eleva un poquitín el ánimo; aunque sólo sea porque siempre hay quien comparte con nosotros un mínimo de esperanza y de rondeña razón de que lo que hay que hacer con nuestro pasmoso espacio es regenerarlo y no hacerlo añicos. Mi aplauso para los que llevan la delegación de medio ambiente municipal,  por esa actuación que se anuncia para cubrir los molinos de las especies florales y arbóreas desaparecidas.
      

lunes, 28 de noviembre de 2011

OLVIDO IMPERDONABLE.

                                                            
          Mil perdones, señora mía. Con tantos catarros y gripes gravitando sobre nuestras testas, tanta tos y ronquera repentina trotando sobre nuestros atormentados órganos, se nos fue el santo al cielo, cuando menos debíamos, olvidando que celebrabas tu santo. En nuestro descargo, que conste, que si no ese día, muchos otros nos llegamos a pagarte una visita; siempre blandiendo el placer,  el misterio, la ilusión,  la magia nunca perdida de un primer encuentro. Y es que no hay lugar, por pequeño que sea tu ámbito material, en que tantos amigos encontremos; de tantas edades, viejos y jóvenes; ancianos y adolescentes; contemporáneos y de otras épocas; pero todos afables, sencillos, dispuestos a entregarse como nadie, a contar, si es que te place, sus vidas, sus sueños, la increíble aventura que dormita en su seno, para que nosotros, sin prisas, la desvelemos y gocemos como nadie. ¡Perdona cálida, diminuta, acogedora librería! Se nos pasó que era tu santo, el sábado 26 de noviembre, y con él, el de tus fieles, los libros, esos compañeros de toda la vida.

sábado, 26 de noviembre de 2011

HASTA SIEMPRE, ILUSTRE, ADMIRADO PACO

          La vida es terrible cuando no nos deja vivir, tanto como la muerte. La de Francisco Ruiz, nos dejó helado el corazón. Generoso lo tuvo él, como un hontanar, para los amigos, para la ciudad en que nació. Nos costará trabajo, mucho, pensar que un ventarrón de desgracias acabó con él. No, desde luego, con su memoria, la del hombre que enormemente contribuyó con sus escritos, con sus libros, con sus congresos sobre nuestra tierra, a elevar bastantes enteros la desventurada cultura local, la de nuestra historia, la de nuestra gente, la de su desvivir, la de las guerras y revoluciones emprendidas para parar el hambre. Lo mismo se desvivió él para que algo de lo que tanto sabía nos llegara, poco a poco. Mucho más nos dejó por contar. Infinidad de cosas. Quizás, puedas hacerlo en otro momento.  En alguna eternidad de rosas y risas, sin señuelos ni encrucijadas, con alígeras bicis y lisas montañas, puede que nos desveles en su integridad, escrita ahora sobre horizontes de luz y fuego, cómo fue la vida, que traías entre manos, para doctorarte, -puro papeleo ya que tu eras doctor en saberes- de ese otro rondeño, Ríos y Rosas. Hasta siempre, honrado, admirado, ilustre Paco. Ronda te llora

viernes, 25 de noviembre de 2011

CITA EN LA MADRUGADA

                                                    
          Mi naturaleza y mi despertador se dan cita, todas las noches, desde no sé cuándo, a las cuatro de la madrugada. Y no cuenta si voy a la cama con sueño o sin él, si fresco o amodorrado, si es festivo o de trabajo, si sereno o con lluvia. Un insólito enamoramiento que no deja de ser un incordio para el que lo padece.
          Y no es que se esté mal a esas horas anómalas. No hay ruidos, el calor de la sabanas es acogedor, y tal es el sosiego que se diría que el mundo, tan inquieto siempre, se ha detenido en su incansable girar para echar una cabezadita, también él. Pero así suelen ser las cosas. Habrá que buscarle una ocupación y un solaz a esas horas vacías, mientras dure ese amor, que es de lo más apasionado y con trazas de no acabar nunca.
         

miércoles, 23 de noviembre de 2011

PAN DE SALDO

          Se mueve por tan extrañas e insólitas veredas la economía actual que lo que antes valía un ojo de la cara conseguir, ahora por igual o menor dinero te lo ofrecen duplicado. Es, desde luego, el cada día más extendido dos por uno. Pensamos los que nos vienen largos los cálculos y números, que o antes la ganancia era descomunal para los vendedores o bien, éstos, no dejan de meter más ruina en sus ya agonizantes negocios. Dos ruinas, al precio de una, se podría decir.
          Hoy hemos visto, algo sorprendidos, cómo no, uno de los últimos episodios de este ciclo interminable de cine negro: el pan, bendito alimento, cuya subida fue motivo en la historia no muy lejana de revoluciones, huelgas y leyes que a él sólo le concernían, el pan nuestro de cada día, se ofrece a dos barras por una, Si a alguien que todavía pasa hambre sirve para aliviarla, sin desaviar al que vende, bienvenido sea el pan de saldo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

UN DÍA ESPLÉNDIDO, SEGÚN SE MIRE.

                                                                                                                        
          Parece como si por el hecho de ser domingo, la naturaleza tuviera la obligación de ofrecernos lo mejor de ella y deslumbrarnos hasta el agotamiento con un día espléndido, acorde con el pequeño momento de circunstancial euforia que vivimos en esas horas. Pero ya se sabe que no siempre son coincidentes nuestro ánimo y el de los cielos.
          Hoy el tiempo se diría hosco, enfurruñado, sin embargo, creo que precisamente eso que le pedíamos a la naturaleza para el día festivo nos lo está dando a manos llenas. Hay una magna serenidad en esa lluvia que sin dañar nada humedece las calles y viviendas y que es una promesa deslumbrante de futuras cosechas, de ríos rumorosos y de rechazo de males en la tierra y en nosotros.
         Es día de votaciones, y por esa parte puede que fuera el día descorazonador; pero desalentadora es la situación del país, tanto como la del mundo económico y europeo del que dependemos. Por esa razón, a pesar de tener la gripe hecha la mandona de la casa, con un pequeño esfuerzo, hemos sido testigos de cómo nuestras papeletas se introducían en la urna.    

sábado, 19 de noviembre de 2011

MIL Y UN AÑO DE OLVIDO

                                                                 
      Mil y un año de olvido cuentan en el aciago acontecer de nuestra Serranía. Que esta mella, material y anímica, no fuera definitiva hasta dar al traste con su historia y urbanismo, se debe al carácter indeleble de su gente, más que a cualquiera otra razón que se busque.
       Que a similares borrascosos embates tuvo que hacer frente Ronda, como parte señera de ese jirón geográfico andaluz, tampoco es un secreto para nadie. Pero en este ancestral recuento de desdenes, sí que es anormal, a su vez, ese otro desinterés que nuestra ciudad ha mostrado por los pueblos serranos, cuando estos siempre correspondieron con una fidelidad admirable, animando nuestra economía y nuestras calles.
          Basta encaminar nuestros pasos, un día cualquiera, por ese suelo de fantásticos horizontes, de centenares de veredas que casi convergen con los cielos, para cerciorarnos que los rondeños nos equivocamos con no prestarle a la Serranía la atención que merece. En el pecado llevamos, desde luego, la penitencia, ya que es inmensa desgracia, privarnos de todo lo que ella nos ofrece, y peor aún que extraños vengan a hablarnos de su encanto, de su valía.    

martes, 15 de noviembre de 2011

EL ÉXTASIS DE PERDURAR

                                                                           
          Perdurar es el sueño incumplido de la humanidad. Y como no es hacedero en nosotros, tratamos con idéntica obsesión que un poco de esa eternidad se instale en nuestras obras, en nuestras cosas, inutilmente, nos tememos. Y fabricamos puentes interminables, que unen continentes, gradiosos edificios, que besan  las nubes, pinturas fantásticas, libros voluminosos, como si en su extensión radicara el secreto de una mayor longevidad; todo en persecución de ese éxtasis de imposible eternidad. 
         El autor desconocido de los versos impresos concienzudamente en la piedra, con vetas de mineral, de una de nuestras encumbradas carreteras, contemplando la ilimitada majestad del horizonte, por un momento se sintió omnímodo creador y dejó estos versos a su amada, de inalcanzable consecusión tal vez;  otro sueño perecedero para que, al menos, si no él ni su sueño, algo quedara de su paso; cuanto más tiempo más gloria, le pareció.

sábado, 12 de noviembre de 2011

UN PLUS DE MELANCOLÍA

                                                                     
          Indeciso anda hoy el tiempo, sin atreverse a elegir un seguro norte, aunque nos tememos que acabará por adentrarse por el que trae la lluvia. La barrunta ese aire templado que es agradable sentir en nuestra piel y  unas nubes, que sin ganas de transitar por donde debieran, se han empeñado en cubrir, de momento, y sólo parcialmente a las montañas cercanas.
          Hay ocasiones en que la melancolía no la estampan en el horizonte únicamente nubes, brumas y aires extraviados, sino otros objetos que, menos líricamente,  por su fealdad y despropósito, no deberían generar ninguna duda su destrucción; pero que allí siguen pese a estar abandonados, por falta de dinero o porque incumplieron la ley, hasta  que Dios quiera. Valga como muestra, esa construcción de seuda estructura clásica que se encuentran en su transitar, en el punto más alto de la carretera, los que se dirigen a la costa. Alguien, algún día, de los que tienen atribuciones para ordenar, tendrá el buen sentido para decidir que ese suelo estaría mejor como estaba antes, desnudo; sobre todo, teniendo en cuenta que abandonado o no, el edificio, aparte de estorbar es un adefesio que daña a la vista y al paisaje. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

ATRÁS Y ADELANTE

                                                        
          Atrás y adelante, adelante y atrás; como una locomotora de vapor de las que veíamos antes, con sus vagones vacíos,  haciendo maniobras en las estaciones de nuestra niñez. Así anda el otoño que muy atrás en el tiempo se ha detenido hoy, dejándonos la sensación de que de nuevo estábamos en jornadas veraniegas, de las de final de verano cuando el sol bien que calienta, pero nunca sin sofocar ni agobiar
          Sería sorprendente que nuestra vida, como el de este otoño retozón, anduviera balanceándose atrás y adelante, en oleadas avanzando y retrocediendo. Dando marcha atrás, por ejemplo, tendríamos la oportunidad de vivir cosas que ya se fueron; rehaciéndolas o mejorándolas si no transcurrieron como deseábamos, o dejándolas estar para recrearnos en ellas si no nos fue mal.
          Pura fantasía la nuestra, que pide peras al olmo de la existencia por mor de unas horas en que un sol, impropio de estas fechas, se atasca en nuestra cabeza.
         

martes, 8 de noviembre de 2011

SUEÑOS DE AYER Y DE HOY

          Con el sol otoñal ya un poco alto, mientras sin prisas dábamos buena cuenta del habitual y mañanero desayuno de la tierra, pan blanco tostado,  jugoso de aceite de los olivos de nuestro suelo y un vaso bien grande de humeante café, se nos vino a la mente, por  momentánea asociación de ideas, una coplilla, también de la tierra, que leí hace años en el texto nostálgico de un rondeño exiliado en America tras la Guerra Civil, que la transcribía, pues no era suya, sino del acervo popular:


!Qué suerte poder tener
un cortijo con parrales,
pan, aceite, carne y lus,
medio millón de reales
Y una mujer como tú!

          Sin duda que quien la compuso, haciéndose eco de la innegable realidad de una época, se dejo llevar de esos sueños imposibles de los que tan amigos somos los humanos, pidiendo, nada menos, que una hacienda de abundantes campos, cuantiosos dineros y una mujer de hechicera belleza que, queremos imaginar que, por tener algo, era la suya y no la del dueño del cortijo.
          Pura utopia en otros tiempos; no tanto en los actuales, que arrimado a la mina de cualquier cargo político, o ayuntamiento, y con pocos escrúpulos, es cosa hecha conseguir cuanto el autor de la copla anhelaba. Lo vemos todos los días, para desesperación de los que, ahora, no andan lejos de sufrir todas esas carencias que también recoge la copla: de pan, aceite, carne y luz.

sábado, 5 de noviembre de 2011

NO UN RECUERDO CUALQUIERA

                                                     
          Hablábamos hace pocos días, de que el recuerdo de nuestros muertos más valía llevarlo dentro, donde mejor se guarda, se lleva y se conserva, sin necesidad de alardes exteriores; no obstante, hay ocasiones en que la memoria del amigo, del compañero, está tan viva y es tan permanente en nosotros, en un sector de gente que lo conocieron y estimaron, que es de buena justicia darle un homenaje, casi siempre espontáneo, en el que salga a la luz durante unos momentos, a la vez, volando juntos los sentimientos de fraternidad, de compañerismo, de ilusionada memoria que a todos nos aprisiona.
          El amigo desaparecido se llamaba Juan González, de profesión ferroviario; una persona leal a sus principios, a su familia, a sus amigos. El homenaje se celebra en Santo Domingo, con asistencia de personas de muy diversos lugares. El acto resulta verdaderamente emocionante, ejemplar. Un número grande se prestan a recordarlo, contando episodios de su andadura por este mundo,  con composiciones, con desgarrados cantos, con recitales de pianos y guitarras, como mejor saben que, más que cualquier metáfora, nos aclaran que, en cierto modo, sigue entre nosotros.

jueves, 3 de noviembre de 2011

NUESTRO PERDIDO REINO

                                                               
          Noviembre está por la labor de recordarnos que este otoño, como la mayoría de los que hemos conocido, guarda en su repleta alacena más muestrario que el que exhibía hasta ahora, de brisas calmosas y cielos impolutos. Tal vez para no darnos el susto de improviso, que son los temibles, sus furias las ha comenzado a desencadenar con las sombras de la noche, que fue tumultosa, de agua, viento y ruidos de persianas y postigos. 
           Asimismo igual de desasosegados fueron nuestros sueños, transitando por extraños parajes, conviviendo en segundos fugaces con seres que parecían de los nuestros, pero que luego no lo eran; bordeando precipicios en los que creíamos condenados a caer; a veces huyendo,  a veces riendo, a veces sin lágrimas llorando. ¡Cosas de los sueños y de las complejidades de una mente en pretendido reposo!
          Tan abrigados y calentitos estuvimos, después, cobijado con las primeras mantas de la estación en nuestro lecho, cuando sueños y tempestades se calmaron, ya con visos de amanecer, que nos vino a la memoria otros tiempos parecidos de la infancia, cuando llegada la hora de ir a la escuela, pedíamos a nuestra madre, sin hablar, con cara de circunstancias, que, visto la furia de los cielos,  se apiadara de nosotros y nos dejara ese día sin enseñanza ni maestros, gozando de nuestro reino de níveas sábanas e indecibles dulzores hogareños. 

martes, 1 de noviembre de 2011

SE NOS VINO ENCIMA NOVIEMBRE

    
          Nos sorprende este recién nacido noviembre con una  entrada de ensueño, de una placidez tal y de unos cielos y clima tan acogedores, que lo que se apetece es brincar por los campos y respirar todo lo que una risueña naturaleza a puesto esta mañana a nuestro alcance.
          Por unos predios más urbanos y cercanos, sin embargo, hemos paseado, pero disfrutando igualmente del día, festividad, por cierto, de todos los Santos, y víspera del de los Difuntos. A propósito de éstos, en nuestra trasitada calle mayor, por la parte alta, la que dio cobijo, no hace tanto, a posadas, arrieros y contrabandistas, conviven en extraña armonía, la vida y la muerte; o símbolos claros, al menos de ambas: un bar-restaurante y una pequeña fábrica artesanal de lápidas para difuntos; el bullicio y trajín de una de las necesidades más imperiosas del hombre: la comida, y mármoreas inscripciónes con, posiblemente,  los últimos recuerdos impresos de los que ya se fueron para siempre. Un lugar, no obstante, poco apropiado para supersticiosos, o para los que estando llenos de vida no quieren pensar en lo que a todos, más tarde o temprano, nos espera.